Para entender en qué consiste la terapia homeopática hemos de empezar definiendo qué es la homeopatía. Según el Libro Blanco de la Homeopatía, ésta se considera “un sistema terapéutico que se basa en el principio de la similitud, es decir, trata las enfermedades aplicando, en dosis, las mismas sustancias que en mayores cantidades producirían en el hombre sano síntomas iguales o parecidos a los que se trata de combatir”.
Para entender en qué consiste la terapia homeopática hemos de empezar definiendo qué es la homeopatía. Según el Libro Blanco de la Homeopatía, ésta se considera “un sistema terapéutico que se basa en el principio de la similitud, es decir, trata las enfermedades aplicando, en dosis, las mismas sustancias que en mayores cantidades producirían en el hombre sano síntomas iguales o parecidos a los que se trata de combatir”.
Esta es la forma en que la homeopatía actúa, pero esta terapéutica engloba otras características destacables y que forman parte de su singularidad. Así, esta disciplina se basa en un abordaje integral del paciente, pero esto ¿qué quiere decir? Pues que tiene en cuenta el organismo de la persona convaleciente en su totalidad, de modo que el homeópata valora no sólo los síntomas de la enfermedad sino que analiza la constitución física del paciente, en qué momento del día se producen las molestias, las reacciones ante la patología que sufre, las sensaciones y factores que inducen a la mejoría o al empeoramiento, según el caso, entre otros aspectos.
Todas estas peculiaridades hacen que la homeopatía se considere un tratamiento individualizado.
¿Qué patologías trata la homeopatía?
La homeopatía se emplea tanto para tratar distintas patologías, así como para prevenirlas. Para ello, se emplean medicamentos homeopáticos formulados según el principio de similitud ya mencionado.
Esta terapéutica se utiliza, por tanto, para prevenir y tratar patologías comunes como catarros, gripes, trastornos digestivos, trastornos de las vías respiratorias altas, etc., y también para patologías crónicas como alergias, dermatitis, asma o ansiedad, principalmente.
Entre las ventajas de los medicamentos homeopáticos, hay que reseñar que no se han descrito efectos adversos relevantes asociados a su toma, lo que permite que puedan administrarse a toda la familia y el que por ejemplo sean recomendados en pediatría. Por ello, son también aptos para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, aunque siempre bajo la supervisión de un especialista.
No presentan interacciones medicamentosas, de modo que se pueden compatibilizar con otros tratamientos y, por supuesto, los medicamentos homeopáticos sólo pueden adquirirse en farmacias, ya que se trata de fármacos.
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