Reducir la aparición de aftas recurrentes en niños

Estas llagas o úlceras orales no son un trastorno grave pero al salir en la parte posterior del labio suelen tardar en cicatrizar y son muy molestas porque son dolorosas. Todo esto provoca que el afectado tenga que estar unos cuantos días con estas llagas blanquecinas en la boca sin poder hacer mucho más que aguantarse hasta que desaparezcan espontáneamente.

Los más pequeños acusan el dolor de forma diferente a los adultos, por lo que es posible que presenten más dificultades a la hora de comer. La deglución de determinados alimentos puede complicarse por lo que durante este periodo es recomendable que no coman platos demasiado salados o comidas muy calientes. En general, deberán llevar una dieta basada en alimentos que no tengan que masticar demasiado.

Los padres deben de armarse de paciencia y ser comprensivos, especialmente si el niño presenta varias aftas en la zona. Además, para evitar que se infecten es recomendable hacer enjuagues salados (aunque sean dolorosos) y cepillar la zona con suavidad y con frecuencia.

No se sabe con exactitud por qué se originan las aftas bucales, pero por ejemplo son frecuentes durante los catarros o la gripe, si tenemos alguna deficiencia vitamínica o de determinados minerales o si tenemos propensión a padecerlas por herencia genética.

En cualquier caso, aparte de adoptar todas las medidas que hemos citado podemos recurrir a la homeopatía, que se puede emplear en niños y que por ello es muy recomendada entre los pediatras.

Existen medicamentos homeopáticos que tratan las aftas y las irritaciones bucales y que tienen propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias y antiinfecciosas, siendo por tanto un tratamiento muy completo. Además, se pueden compatibilizar con otros tratamientos, pues estos fármacos no suelen presentar interacciones, aunque siempre es recomendable que consultemos con un profesional de la salud.